ME DESPERTÉ EN MEDIO DE LA NADA



Me desperté en medio de la nada

como si flotara en polvo suspendido

en medio de una extraña habitación.


Era un día gris otoñal,

hacía frio,

mis dientes chirriaban como frenos de tren

mi piel era de cartón rígido y congelado,

mis dedos eran de otro,

  no míos

y mientras me pasaba todo esto pensé

que soñaba dentro de otro sueño.


Pensé que me tendría que despertar dos veces

una detrás de la otra

y sin perder el hilo de esas dos historias.


Tendría que abrir una puerta tras la otra,

apresurarme en las líneas rectas,

coger bien las curvas,

no dormirme en los laureles

y en cuanto viera la meta de una

la haría mía

y sin descanso por el medio,

iría por la otra.


Y así,

hasta caer en éste profundo agujero 

en el que ahora estoy metido,

aunque desde el cual puedo mirar

las estrellas de la noche.


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JULIO CORTÁZAR