TUVE ESE INSTANTE...



Durante un rato he tocado el cielo.

Era suave de tacto

 era de sabor goloso

era brillante como la luz de un faro gigante,

era fugaz en su luminosidad.


Tuve ese instante entre mis dedos,

y al querer retenerlo entre ellos,

se abrió la puerta de la trastienda

y una corriente de aire con ella se lo llevó.


Es triste la fugacidad,

pero más triste es

no tener instantes de brillante fugacidad

y porque el día y la noche

se hacen igual de oscuros.


Te levantas y es de noche.

Comes y todo sigue oscuro.

Te acuestas

y sin saber si es de día o de noche.


En realidad...

nunca sabrás 

si sueñas despierto

o si sueñas dormido.

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JULIO CORTÁZAR