Algunos buscamos
donde nunca debimos buscar.
Nos puede el ansia del saber
y la curiosidad mal sana de la urticaria.
Algunos nos perdemos
nada más salir
más allá de los lindes de nuestro jardín
después,
andamos a trompicones y cabezazos
contra esos muros invisibles
que siempre hemos negado
reconocer.
Algunos
nos pasamos la vida buscando
mientras otros
remueven cenizas
y se lavan las manos.

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