Cubrirás mis recuerdos de algodón deshilachado
y aquello, que parecía nieve recién caída,
se convertirá en copos de plástico y metacrilato.
El mundo en sí
es una bomba con mecha cada vez más corta
y visto desde el inmenso y lejano espacio,
el mundo es una mota de polvo que se parece
a un cuerpo extraño clavado en la córnea de dios.
Tan diminuto
tan poco significativo
que más que una mota de polvo
es una ínfima micromolécula
en manos de unos seres desalmados,
que se hacen llamar, seres humanos.

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