Entre los dedos de mi vida
se cuelan los miedos más extraños.
En la cara oculta de la luna
se esconden los girasoles que se declaran insurgentes.
Y dentro de mí
tengo un monstruo de dos cabezas,
una me dice ¡te quiero!
y la otra se desespera de hambre
y me dice
¡te voy a comer!.
Y en el medio de mis tripas
tengo un renacuajo que de vez en cuando salta
y cuando salta me hace querer al prójimo,
es como tener un resorte de amor descontrolado,
unos días,
me hace querer sin límites
y otros días,
me despojo de todo lo que significa cariño y amor.
Por eso unos días
puedo decir
¡te quiero! y con todas mis ganas
y en cambio en otros,
me quedo mudo, inmóvil y vacío.
Por eso es bueno conocer
las dos caras de la luna
y la luz brillante del día
y luz negra de la noche más oscura.

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