Mi suerte
es haber caído de pie
y con los dos pies al mismo tiempo,
ni uno un poco antes
ni el otro un poco después,
los dos a la vez y como debe ser.
Como tú y como yo
que debíamos caer juntos y a pies juntillas y sin paracaídas,
ni yo antes... ni tú después...
o al revés,
porque en éste caso el orden de los factores
no altera el producto.
En cambio el resultado final fue...
uno cayó antes que el otro,
uno se partió la pierna o las dos y la crisma,
mientras el otro, salió un poco más indemne
y más entero.
Todo esto,
es ley de vida,
uno sale peor parado que el otro,
uno se come más mierda
y escupe más veneno.
Yo diré que fui yo
y tú dirás que fuiste tú
y los dos sabemos
que una parte de nosotros se identifica con lo anterior
y en cambio la otra
es la que se ha quedado en la parte sufridora.

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