Hablar de amores perdidos
es un sin sentido.
Habría que hablar, mejor
de que nada se perdió en esa guerra de trincheras.
Lo que pudo ser de otra forma
y de otra manera,
con el paso del tiempo se convirtió
en un lamento plañidero.
Mejor,
pasar página y cambiar de libro.
La historia se escribe
a base de contar cuentos
y de narrar historias.
Al fin y al cabo,
somos miles de historias
con algunos cuentos por el medio.

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