Cada día me parezco más a mi
o me aproximo más a aquella idea que tenía de mi
cuando me daba por imaginar...
como sería de viejo.
Pues aquí me tenéis:
viejo pero sin llegar a podrido,
madurado en su justo punto,
entrañable como aquél viejo de pelo blanco y canoso
que tanto me gustaba imaginar.
Soñador por los cuatro costados.
Arrugado como un higo paso.
A veces simpático
y a veces, estúpido.
Piel más seca y acartonada
pero eso sí, más sensible.
Mis ojos siguen siendo de verde esperanza.
Mi cuerpo hace tiempo que dejó
de ser cuerpo danone.
Sigo igual o peor de mal hablado.
Mantengo en pie la misma ironía.
y me sigue encantando
sonreír a la vida.

No hay comentarios:
Publicar un comentario