Casi todo lo que yo sé,
lo sé por sangre propia
y por supuesto,
porque la vida me ha ayudado.
De todo se aprende,
hasta en el infierno,
se aprende.
De los golpes más bajos,
se aprende.
De como te apuñalaron por la espalda
de ahí,
es de donde más he aprendido
y os puedo asegurar que después
no vuelves a dar la espalda a nadie.
Quién no aprende
es porque nació monocorde de ideas
y su único objetivo en la vida
es cumplir con su idea fija inamovible.
Nacer para vencer,
se dicen...
Nacer para ser alguien
y por encima de todos
se vuelven a decir...
Y yo sólo digo...
Nacer para después morir,
y lo que queda en el medio
es lo realmente importante
y a eso se le llama
¡vivir!

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