Me queda
ese halo tan enamorado de la luna
y tal y como,
hoy me siento yo.
Después de tanto vivir
y a veces maldecir tanto y más,
me quedan las sombras del ayer
y el temor de como hoy va anochecer.
Porque nunca se sabe
si el sol se pondrá sobre la luna
o si la luna saldrá a través del sol
como tampoco se sabe
si hoy se me dibuja una aceituna en el espacio
o soy yo el que piensa despacio.
Mientras yo pienso
la luna se acopla al sol
y las dendritas brillantes de oro y plata
se desperezan como si alguien tirara de sus tendones
y al final,
lo que era una puesta de sol brillante
se convierte
en un aerosol difuminado, disperso y agrietado.

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