Por una vez
me caí y después, me levanté
y no dije nada a nadie
me callé como un peto de piedra
y puse cara
"de que aquí no ha pasado nada".
Total... a veces
es mejor callar que toser
y no decir nada antes que decir mucho
y es que hablar por hablar
cansa mucho
y desquicia al que te escucha.
Además
yo soy adorador del silencio,
solo amo el ruido del agua al caer
y el de las hojas
mecidas por el viento
y el de la noche cuando llega el atardecer.

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