LA FELICIDAD

 

La felicidad que me diste

fue tan corta, tan etérea, tan fuerte

y tan intensa

que a veces hasta noto la bala

como se mueve cerca de mis costillas.


La felicidad debía ser infinita alegría

pero en mi caso fue un espasmo alegre 

duró lo que dura un instante

 me crujieron todos mis huesos

y hasta producirme

un delirium tremens.


Pero después,

vino la resaca

en forma de dolor insondable,

hasta que un día y no sé como...,

tuve un estallido dentro de mi viejo cuerpo,

salió una burbuja de oxígeno

que me hizo reclamar

que todavía

estaba vivo.


Y en eso estoy ahora,

en seguir viviendo...

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JULIO CORTÁZAR