No os puedo contar
que la luna es una aceituna que se puede comer
y después,
escupir el hueso y con todo tu desprecio
y como si sobrara allí arriba
y como sino no importara su luz de luna...
Porque no es verdad,
la luna importa y mucho.
La luna se comió
su luz interior
y después
hizo reflejos en el estómago del universo
y lo que iba a ser una buena digestión
se convirtió
en el peor ardor sideral
y desde ese día
la luna ha sido reconocida
con todo su esplendor de estrella rutilante.
La luna importa
e importa mucho.

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