Vale
me rindo
y me comprometo a
apagar mi propio fuego interior.
Me rindo a la evidencia de los hechos
y de los no hechos
y de lo que se pudo hacer
y no se hizo.
Me rindo al sueño despierto
y al sueño dormido
y al despertar de cada mañana
en que tú ya no estás.
Me rindo a todo lo que me rodea
y hasta me rindo en la larga distancia
de todo lo demás
Malditos recuerdos
decía el poeta al morir
maldita sea tu estampa
digo yo de vez en cuando
y maldita sea tu existencia
me repito algunas noches
en que mastico cristales de pena.

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