es el de las hadas que merodean a éstas horas del día,
lo hacen casi tocando el entrañable atardecer
a esa hora donde el mundo se llena de reflejos
que se bambolean mecidos por el viento de la marea baja.
Mi mundo es demasiado complejo
como para contarlo aquí.
Aunque voy a intentarlo.
De mañana
soy un rey que divisa sus dominios
que nunca tienen fin
y porque el día, es eso para mí.
De tarde
soy un ser tan agradecido a la vida
que me inflo como un globo solitario
que se eleva hacia la incipiente luna.
En el atardecer
ese verde naranja
me hace palidecer
y casi me muero, a la vez.
Y llegada la noche
estornudo
y me salen estrellas fugaces
que me hacen cosquillas dentro de mi nariz.
Por último
me duermo pensando en ti
sea quién seas
y porque no puedo vivir sin ti
y sin tu...¡buenas noches!

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