Martes,
hoy es martes
martes de un día cualquiera del mes de agosto.
Agosto,
con decir agosto está todo dicho,
calor a espuertas,
sudores profusos y confusos,
tardes soporíferas,
noches desveladas y atrofiadas,
mañanas con esa vana esperanza
de que algo cambie
o de que por lo menos
baje la temperatura de la caldera.
Mis agostos siempre fueron angostos,
rudos y duros,
siempre respirando por las agallas
y metiendo la cabeza entra las piernas
y dentro de un agujero negro
y sobreviviendo
como si viviera en Marte o en Júpiter.
Agosto y a la espera de que pase
y así venga mi amado septiembre
con sus lluvias y tormentas
y por fin nos anuncie
el final de otro verano.

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