A principios de 2o2o, el expresidente Donald Trump negoció y acordó con los talibanes que el 1 de Mayo de 2o21 todas las tropas estadounidenses estarían fuera de Afganistán. Cuando a finales de 2o2o Joe Biden fue elegido presidente de Estados Unidos ordenó revisar las condiciones de aquellas negociaciones. A principios de 2o21, éste anunció que aquella fecha límite se posponía hasta el 31 de Agosto de 2o21, justo “antes de que se celebrara el vigésimo aniversario del atroz ataque del 11 de Septiembre”. Y ayer, llegados a la fecha límite, Estados Unidos confirmaba que “su último avión militar en el país había salido ya de Kabul”. Una huida frenética en la que decenas de miles de afganos han sido evacuados del país con visas especiales gracias a que, durante estos años, de una forma u otra, han trabajado para distintos gobiernos y ejércitos extranjeros. Los más afortunados han conseguido salir de un país en llamas controlado por talibanes que presumen del armamento militar estadounidense incautado. Un equipo militar que incluye helicópteros, aviones, armas, vehículos, equipos de comunicaciones y vigilancia… Como reconoció el asesor de seguridad nacional del presidente Biden, Jake Sullivan, “no tenemos una imagen completa del equipo militar dejado atrás, pero ciertamente una buena parte ha caído en sus manos".
Veinte años después de que comenzara la invasión de Afganistán para librar “una guerra contra el terror” los talibanes vuelven a tener el control del país. Si no fuera porque es mentira, se podría decir que el mundo entero en general y el país asiático en particular han vuelto al punto de partida. Pero por mucho que se repita, no se puede hablar de volver al origen si tenemos en cuenta que este conflicto ha dejado, además de armamento valorado en millones de dólares en manos de talibanes, un país en ruinas que ya arrastraba dos décadas más de conflictos ininterrumpidos, incalculables civiles muertos y heridos, millones de desplazados en el propio país, millones de refugiados en todo el Mundo.
Hace años vi documental en el que entrevistaban a varios soldados estadounidenses que habían estado en la guerra de Afganistán. Muchos de ellos eran tan sorprendentemente jóvenes que había que hacer cálculos para poder confirmar que les había dado tiempo a ser parte de la misma. La persona que les entrevistaba le preguntó a uno de ellos que cómo había sido la vuelta a casa después de la guerra. El joven, sentado en una silla, inmóvil, tardó varios segundos en contestar y, con la mirada totalmente perdida, dijo: "de la guerra nunca se vuelve". Menos aún, claro, cuando esa guerra te la has encontrado en casa.

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