No es fuerza lo que necesito.
Es entereza,
es mantener el rumbo firme y fijo,
es desafiar los imponderables,
es esperar a que pase la tormenta
y que todo se calme y que la luna no cambie de ciclo.
Necesito certezas y aunque no sean ciertas,
necesito dulces mentiras y falsas caricias,
y que alguien me diga,
¡te necesito!.
Necesito sentir el sabor amargo de la mentira
más dulce.

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