A veces me atrapa la nostalgia
y me encadena con cinco grilletes
al viejo árbol que me sostiene...
A veces me arden los dedos
y por tener tantos deseos.
A veces me siento sombra
y me acurruco mirando al cielo
y como si fuera un niño pequeño...
A veces me siento valiente
y doy un paso y otro más
y salto charcos
y abrazo árboles
y hasta me como mis propios ardores.
A veces me involuciono
y me escondo en mi propio caparazón
que es de piel gruesa y de callo de cocodrilo,
y allí permanezco agazapado
y como un soldado acobardado
y allí espero a que todo escampe.

No hay comentarios:
Publicar un comentario