Había mañanas que al despertar
y al abrir la ventana
me inundaba de ese aroma tan tuyo.
Claro que después te llamaba
con mi voz interior
y el silencio me respondía
con su voz muda y hueca.
No sé
había mañanas
que hubiera sido mejor dejarte en paz.
Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...
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