Sólo pido que me miréis

 

Sólo pido que me miréis.

Pido que no ruego.

Pido, solicito,

pero no me arrodillo ante nadie.


Es más fuerte mi dignidad

que la súplica sumisa.


Pido que me miréis...

que estoy aquí sentado,

pensando, escribiendo,

saboreando, sintiendo

y a veces, maldiciendo.


Yo desde mi atalaya, os miro:

a veces parecéis tan lejanos

que por mucho que os diga

nadie es capaz de mirarme a la cara.

Otras veces el roce se hace tan cercano y hermético

que al decir algo

me siento dentro de una caja de resonancia.


En realidad sólo pido eso

y sólo pido que me miréis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR