Tú ponte a pensar...
que ya de aquellas
no estaré contigo.
Piensa con quién hablarás...
de ti, de mi y de los otros.
Piénsalo...
y recuerda como el sol penetraba por la ventana
como iluminaba tu precioso pelo de plata
y como jugaba al escondite con las sombras del tejado.
Piensa en esos momentos
piensa en lo entrañable de la luz cálida y tenue,
piensa en las palabras que sobraban o que faltaban
que eran recubiertas del enternecedor silencio.
Piensa como el jardín se cubría de flores y olores,
mientras las ranas se dedicaban a procrear y a croar.

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