"Siempre llamó mi atención esa dulce luz tras las ventanas de por ejemplo, ese tercer piso de la casa de la fotografía. Soy un alma sensible que de vez en cuando se alimenta de ternura externa, aunque para decirlo sinceramente, casi siempre me alimento de la mía propia. Me encanta el sentirme un alma entrañable y sensible que se ilumina con la luz de la luna y que si no hay luz de luna, me alimento con la luz del resto de los astros. Con una estrella fugaz me llega para varios años y más. Y la luz de un mechero me sirve para encender la chimenea y unas cuantas velas que mueven la luz de forma ondulante en ésta noche otoñal y casi invernal".

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