Te imagino
sentada
viendo el atardecer
mientras con tus dedos
construyes castillos imaginarios de aire, arena y viento.
Te imagino
despierta,
atenta,
con la mirada fija en un punto muy lejano
con un pañuelo azul alrededor de tu cuello
y con el pensamiento enredado en tu pelo.
Te imagino
desnuda
en medio de una roca
mientras la niebla de la mañana
te va vistiendo de nuevo.

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