No puedo dejar de pensar en ti,
ni en tu cara,
ni en tus ojos,
ni en tus labios.
No puedo dejar de pensar
en tus pechos,
en tu pelo,
ni en tu inocente mirada,
porque todo esto lo llevo tan dentro,
que tiene su sitio en el almacén de mis sentimientos.
Si pienso en ti,
a veces me pierdo,
pues esas veces no me encuentro a gusto,
tengo un resquemor que me inquieta,
o es como una corriente eléctrica
que se desplaza desde los pies a la cabeza.
No puedo dejar de pensar en tí,
no puedo, por mucho que quiera,
es como un tumor dentro de mi cabeza,
o como una obsesión maldita que se multiplica,
y si me lo extirpo me dolerá, seguro,
y si no lo hago,
me seguirá escociendo como un sarpullido.
Entonces, ¿que hago?,
si no puedo dejar de pensar en ti,
aunque me ponga del revés,
y aunque me retuerza como una serpiente
la idea persiste en mi,
está dentro de mi esencia,
y está clavada en el centro de mi alma,
y escuece, duele y sangra,
y eso me produce,
un dolor profundo e insondable.
No puedo dejar de pensar en ti,
pero sí puedo pensar en otras cosas,
puedo sentir el paisaje de una montaña,
o ver como desciende un río,
o notar como las olas me mecen,
o como la luna me enternece,
puedo sentir tantas cosas,
que a veces se me olvida,
que no puedo dejar de pensar en ti.

No hay comentarios:
Publicar un comentario