Es cierto que estoy en medio de un huracán,
por un lado entran aires polares,
por el otro llegan humedades tropicales.
Y yo y yo en el medio de todo,
allí metido entre corrientes,
vapuleado como un boxeador noquedo,
vilipendiado y maltratado,
dando vueltas como una veleta sin control,
mas perdido que una aguja en un pajar.
Aunque en mis manos,
Aunque en mis manos,
tengo la llave que abre la puerta,
tengo la solución a éste rompecabezas,
yo a veces, me veo...
en el medio de un profundo agujero,
o en el medio de unaa pista de baile,
y bailando conmigo mismo,
al compás de un tango con luz de luna,
asiéndome con fuerza a cualquier detalle.
Yo tengo la llave de mi puerta,
la llave que me dará la clave,
la llave que contestará a mis eternas preguntas.
Mis preguntas,
Mis preguntas,
son tantas preguntas,
son tantas y tan crudas y tan duras,
que sólo pensar en ellas,
siento dolor de muelas.
Son tantas preguntas,
Son tantas preguntas,
y todas tan importantes,
y todas tan cruciales y vitales,
que si me las respondo,
descubriría el porqué de mi existencia.

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