De todas formas tengo esa necesidad de matizar, de matizar el que soy un tío inquieto y que no disfruto de la quietud del momento. Pues no es verdad que no lo disfrute, solo que lo disfruto de otra forma distinta. Yo creo que disfruto más con los preparativos que en el momento en sí, el momento en sí, para mí es muy rápido. ¡Zas! y ya está, como si hiciera una fotografía a ese instante y ya está, ya estoy buscando otro instante del que poder disfrutar.
Después me recreo buscando otra esquina bonita o un paisaje especial o una vista maravillosa y mientras lo busco disfruto como un loco y por eso digo, que disfruto más con los preparativos que con el momento en sí mismo. Porque de tonto no tengo un pelo y me gustan las cosas bellas y espléndidas y las busco y las rebusco y hasta caer extenuado. Toda mi vida la pasé buscando, buscando el rincón más bonito y más entrañable. Y consecuentemente eso mismo busco en una persona, busco su parte más escondida y más íntima. Busco ese pensamiento oculto, esa idea que brilla dentro de su cabeza y sobre todo busco, la inmensidad de su alma.
Claro que eso que busco no es fácil de encontrar. Al contrario es difícil, es difícil de encontrar. Pero el que sea dificultoso no supone que deba dejar de buscar y yo digo, cuantos más obstáculos más ganas me entran de buscar.Y mientras busco mis rincones, mis entrañables rincones, disfruto con la vida y con lo que me va dando. Son dos formas distintas de disfrutar, hay quién disfruta el momento en sí y hay quién disfruta con los preparativos y mientras los busca... disfruta.
A lo mejor me pasa, que uno disfruta tanto con los preliminares, que cuando llega el momento, en que tenía que ser el disfrute total o el culmen del disfrute, ya estoy pensando en el siguiente objetivo. Por lo que concluyo que yo disfruto siempre en movimiento y lo que no me gusta es recrearme demasiado en un momento en concreto y porque ese momento ya lo tengo más que visto. Como también se dice, yo disfruto viajando, pues eso, que a mi me pasa lo mismo. ¡Yo disfruto en movimiento!.
Después me recreo buscando otra esquina bonita o un paisaje especial o una vista maravillosa y mientras lo busco disfruto como un loco y por eso digo, que disfruto más con los preparativos que con el momento en sí mismo. Porque de tonto no tengo un pelo y me gustan las cosas bellas y espléndidas y las busco y las rebusco y hasta caer extenuado. Toda mi vida la pasé buscando, buscando el rincón más bonito y más entrañable. Y consecuentemente eso mismo busco en una persona, busco su parte más escondida y más íntima. Busco ese pensamiento oculto, esa idea que brilla dentro de su cabeza y sobre todo busco, la inmensidad de su alma.
Claro que eso que busco no es fácil de encontrar. Al contrario es difícil, es difícil de encontrar. Pero el que sea dificultoso no supone que deba dejar de buscar y yo digo, cuantos más obstáculos más ganas me entran de buscar.Y mientras busco mis rincones, mis entrañables rincones, disfruto con la vida y con lo que me va dando. Son dos formas distintas de disfrutar, hay quién disfruta el momento en sí y hay quién disfruta con los preparativos y mientras los busca... disfruta.
A lo mejor me pasa, que uno disfruta tanto con los preliminares, que cuando llega el momento, en que tenía que ser el disfrute total o el culmen del disfrute, ya estoy pensando en el siguiente objetivo. Por lo que concluyo que yo disfruto siempre en movimiento y lo que no me gusta es recrearme demasiado en un momento en concreto y porque ese momento ya lo tengo más que visto. Como también se dice, yo disfruto viajando, pues eso, que a mi me pasa lo mismo. ¡Yo disfruto en movimiento!.

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