Miro al futuro
y además, sé cual debe ser mi futuro,
pero en cada esquina me espera la vida
y me dice al oído
¿hacia donde vas?
mira hacia atrás
y verás que tu mundo ha sido imperfecto.
Y ahí es donde entro yo de lleno,
entro en el terreno de mis imperfecciones,
floto en mis mares de dudas,
alucino con mis tormentos demenciales
y con mis patéticas quimeras,
y entro hasta el fondo
y me pierdo en mi propio desastre
y entonces deduzco
que yo amo las imperfecciones
y que detesto la perfección de las líneas rectas.

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