La indignación corre por mis venas y mientras escribo esto, estoy pensando que por la de algunos políticos corren cubitos de hielo. De nuevo en ésta isla, está la pandemia desatada y se veía venir de lejos, pero claro, no sé podía decir la verdad sobre la cifra de contagiados no fuera ser que dejaran de venir los guiris. Pues señores políticos, han dejado de venir igual y es más, no han venido y además, nos han dejado con la pandemia un tanto disparatada y sobre todo, muy descontrolada.
Con el engaño sueles pasar estas cosas. Y tanto te dedicas a engañar a los demás que al final, te acabas engañando a ti mismo. Se reúnen los políticos locales del Consell (Gobierno Local) y de los Ayuntamientos y entre todos deciden que no van a hacer nada. Ni toman nuevas medidas preventivas, ni ponen nuevos horarios, ni impiden la realización de eventos sociales y todo para que el guiri que quiera venir a la isla, no se asuste ni se espante.
Pues, el guiri ya no viene o vendrá menos. Es lo que tiene vivir en demasía del turismo. Pero ese es un problema económico estructural que ahora no viene a cuento hablar de él. Ahora, interesa que vengan los guiris ingleses todos pálidos y lechosos. Pues que reparten gratuitamente botellas de Ginebra en los vuelos y tendrán cola de esos guiris a los que le gusta más beber que sentarse a contemplar tranquilamente la belleza de ésta hermosa Isla.
NOTA ACLARATORIA: No todos los guiris son iguales, pero os puedo asegurar que una buena parte de los que aterrizan en ésta maravillosa Isla, nacieron y fueron criados dentro de una inmensa barrica de cerveza y de ginebra.
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