Ahora que ya no soy nada más que obviedad
una anciana que parece no haber conocido
estructura teórica
de que mi vida no supo
del vacío ni del golpe despiadado
y he construido una historia limpia de intensidad
vuelvo a sonreír ante los ingenuos
como lo hacía aquella muchacha que ya no conozco
segura de la noche y de su poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario