Hoy tengo un vacío emocional, un vacío por dentro, un vacío de cariño y un vacío de comprensión y eso se llama aquí y en Roma, tener un "vacío emocional". Es más que una carencia, pues una carencia es falta de... de lo que sea y en mi caso no es así, pues lo mío es un vacío, no es un vacío de infinito agujero negro. Un vacío, es un asunto mucho más hondo y más profundo y mucho más sentido. Por tanto, tampoco es un déficit y porque déficit, falta o carencia, vienen a significar casi lo mismo. Y tampoco es estar falto, por ejemplo falto de cariño y porque no es que me falte cariño, es que no tengo ninguna gana de que me den cariño y si sigo, también esa necesidad tan perentoria, a la que llaman, amor.
Y por ello no lloro, pero tampoco me río. Quizá lo más acertado es decir que me preocupa y me preocupa de una manera un tanto superficial, vamos como cuando te araña un gato y no te hace daño y porque te hace cosquillas y te entran unas ganas tontas de reír. Es bueno reconocer tus vacíos, porque es bueno tenerlos ahí y que estén cerca de tí. Y es bueno saber de lo que careces, pero insisto en que no es ninguna carencia vital. Un vacío es algo que hay que rellenar y por eso se llama vacío o bache emocional.
Lo del bache aporta algo más y por eso no suena tan mal cuando dices, estoy pasando un bache emocional. También hay quien exagera demasiado y habla de precipicio emocional y claro en lo de precipicio puede subyacer la palabra suicidio pero sin decir esa palabra, pero deja caer esa posibilidad. Pero en estos casos suele ser más bola que real y entonces, suele ser una llamada de atención. Yo por eso uso la palabra, vacío y porque vacío no es una amenaza para llamar la atención de los demás, estar vacío es estar seco y tieso de lo que sea. Y yo estoy seco y tieso de cariño y amor y nada más. ¡Menudo lío me he montado yo solito!.

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