No hay nada peor que el desamor,
eso pensaba yo.
Porque después del desamor
viene la desolación del silencio.
Y eso si que se hace insoportable.
El silencio de los días
el silencio de las noches
el silencio de las tardes lluviosas
el silencio que suena a hueco.
Y aunque grites o chilles,
nadie te oye
es como si vivieras en otra dimensión.
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