El poeta no traza líneas mágicas en el aire porque sí,
él dice palabras y como si fueran los últimos versos que va a decir
y como si le fuera su vida en ellos,
pero en realidad...
te embauca con la sonoridad de las palabras,
te susurra al oído sonidos dulces,
te arrulla, te conquista, te adormece,
y al final y cuando te ha doblegado a sus pies,
te dice...
¡si todo era pura metáfora!.

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