Lástima de la última vez que nos vimos.
Ahora, todo sería diferente.
Yo tendría los pies más en el suelo
y tal como los tengo ahora.
No te juzgaría
pues para ello están los juzgados.
Ni tampoco te pediría nada a cambio.
Digamos que te acompañaría
que sería tu compañero de viaje
y nada de duelo y falsas promesas filosóficas.
Ahora
te vería marchar sin decirte apenas nada.
¡hasta siempre!...como mucho te diría.

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