Si he de llevarte a mi terreno
empezaré por ser sincero:
de todo lo que te he dicho y contado
muy poco ha sido verdadero.
Soy un mentiroso que no tiene remedio
tengo dos manos pero funciono con cien dedos,
soy hábil y etéreo como esa nube que pasó en una tarde de verano.
Soy de otro mundo
porque en este mundo no quepo,
no tengo grandes prejuicios
y voy con muy poco equipaje
llevo mis cien dedos
dos zapatillas que hablan a través de sus agujeros
un cinturón del que cuelgo mis penas
y un sombrero que me da un aire de absurdo bohemio.
No soy de grandes gestas,
las mías son pequeñas y diminutas
y como poder explicar
que soy yo... ante un meteorito
que en este momento está cruzando el cielo.

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