A veces, uno se olvida
de que antes existió.
Uno se olvida que tuvo un pasado
que nació desnudo
que quemó todas sus naves
que a veces se contuvo
y que en otras,
se convirtió en un descontrol puro.
Uno se olvida que vomitó todo lo dicho
que se enardeció en el primer capítulo
que dijo más de lo que tenía que decir,
que se comió las uñas y parte de los dedos
que enarboló una bandera blanca y negra
que corrió tras la sombra de sus pies en la arena
que se enamoró de un amor evanescente
que un día se dijo
lo siento...todo se ha terminado
y ahora vivo rodeado de las cenizas de aquella hoguera.
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