NO, NO... AMIGA MÍA...

 

No, no... amiga mía...
no es cierto que las heridas abran los ojos,
los ojos se abren por el cruel desgarro del desamor,
y además, seamos sinceros,
yo creo que cada cual volvió a su sitio,
tú, donde estabas antes de partir
y yo volví, de donde nunca debí salir
de todas formas los dos sabemos
que todas las heridas sangran
y que los ojos, también lo hacen,
en fin, 
todo sangra bajo la dolorosa lluvia del desamor.












 




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GEORGE ORWELL