No me queda nada
o me queda menos
para llegar a lo no existencia.
Borrado del mapa
fulminado por un rayo,
desaparecido en combate...
serán algunas expresiones
que vosotros tendréis que soportar,
yo no y porque ya estaré muerto
pero las oiré en apagados ecos
amortiguados por un metro de tierra que tendré sobre mí
antes escucharé como un viejo topo escarba tierra
y como alguna gaviota caga sobre mi tumba.
La realidad es tan pragmática
que se carga cualquier tipo de romanticismo.
Uno muere
y lo que después, digan de él
¿qué más da?

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