Hoy es sábado y último sábado y día de este mes de agosto. Mañana empieza septiembre, mi precioso septiembre que cada vez y por el cambio climático, se está convirtiendo en menos precioso. Digamos que antes y en mi tierra gallega, septiembre era un anticipo del otoño y en donde el verano entraba en su decadencia. Pero ahora los septiembres son otro mes más del verano, calor a espuertas, humedad bestial y si algún día llueve, lo hará a toneladas. Con lo bonitos que eran mis septiembres de aquellos tiempos. De todas formas todo es susceptible de ser cambiado y si fuéramos seres humanos consecuentes con sus actos, desde hoy cambiaría la actitud agresiva que tenemos nosotros con la naturaleza. Seríamos abraza árboles, al decir de algunos que nunca tuvieron un respecto hacia la naturaleza. Bueno, más vale abrazar árboles que abrazar a algunos gilipollas que se ríen de nosotros. Claro que en tiempos donde domina la incultura (por suerte, no en todo el mundo) aparecen estos desgraciados reclamando que la política de protección hacia la naturaleza, les coarta su libertad democrática. Tiene huevos la cosa, estos seres agresivos y repulsivos, reclamando libertad. Pero por eso mismo existen el Trump o la Meloni o el Milei o el húngaro Viktor Orbán y alguno más que en este momento se me está olvidando.
En este mundo que hemos conocido, hubo seres que no eran seres humanos y presumían de ello y se vanagloriaban de cualquiera de sus absurdas proezas, como joder a los inmigrantes, como expulsar de su país a los que consideraban basura, como prohibir la homosexualidad, como hacer patria con los sentimientos más rastreros. Y para estar esta subespecie presidiendo un país, es que hay un buen mogollón de gente que les ha votado. Bueno ya sabéis que en estos tiempos que estamos viviendo, ser de izquierdas es tener las cosas muy claras, pero como también se ha vendido mucha izquierda que realmente no lo era, al final se ha creado mucha confusión entre la peña y ante tanta confusión algunos prefieren votar a cualquier descerebrado que vaya soltando soflamas incendiarias. No somos terrícolas y somos marcianos extraviados que se han quedado por el camino.
Desde luego votar a la ultraderecha, tiene su delito y votar a un payaso derechista que ejerce de payaso buscando un circo donde lo contraten, pues no tiene gracia cuando te la juegas como país. Yo lo tengo muy claro, si en mi país que es España, gana la ultraderecha, yo automáticamente me cambio de país. Me hago francés o mejor, me hago portugués. Si ellos me aceptan, claro. De todos modos a este mundo no hay quién lo entienda y en Portugal había ganado la izquierda hace unos años y creo que hizo una buena política para el pueblo y va el pueblo y en las últimas elecciones, vota a la derecha. Por tanto y concluyo, a este mundo no hay quién lo entienda.
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