MINUTO Y MEDIO

 

Sudo por todas mis partes, no queda ni una a salvo de ese sudor pegajoso y asqueroso. La Cabeza ya es plan catarata, por las tetas ya ni te cuento, por los brazos, por los dedos, por la barriga y hasta por los huevos. Una tortura, que seas condenado a sudar todo el puto día y hasta que el sudor se convierta en tu propio caparazón. Yo en mis viejos tiempos, tuve una novia a la que le sudaban las manos y los pies y a pesar de todo la que quise en su día, nunca dí por superado esa especie de asco que me entraba al tocar sus manos o pies cuando fermentaban en su propio sudor. El amor es ciego pero no lo es tanto. No es lo mismo una caricia hecha con los dedos de una piel seca, tersa y suave, que la realizada por una piel sudada y pringosa y eso lo notas y por muy enamorado que estés. Como decía la canción, son mis manías...o a lo mejor, no lo son y son sólamente simples hechos que ahora me producen dentera. Las cosas cambian y lo que te parecía original y anecdótico se ha convertido en algo insoportable y al revés, también pasa. Pero suele ocurrir que con el paso de los años te vas volviendo más maniático y más selectivo y menos amigo de tus enemigos y ves ésta raya que he dibujado en el suelo, pues que no se te ocurra atravesarla y porque sino te cortaré los huevos.

Uno nace abierto a todo, escucha, oye, pone toda su atención a cualquier gesto o acto físico y al principio del todo, no le pone a las cosas un calificativo o un detreminado nombre en concreto. Pero ese proceso de aprendizaje no dura mucho y cuando uno va viendo que hay cosas que se repiten constantemente y que además, te van produciendo mucho daño, pues pasa que empiezas a discriminar y a apartar las cosas que más te molestan. Entonces vas aprendiendo a decir no, a esto no lo quiero, a vete a tomar por culo, a mí no me vengas con esas que ya he pasado por ello y además, porque tiene que ser a mí y no al otro o al de la moto. Quiero decir que hay millones de personas más a las que les puedes dar por culo y apenas te van a protestar. Al principio de los tiempos, ya escuchaba a muchos de estos plastas y porque pensaba que a base de escucharlos lograría descifrar sus porqués y comos y cuandos. Hasta que llegó un día en que entendí, que cuanto más los escuchara más te iban a estar hablando y entonces todo cambió y desde ese día, este tipo de señores se convirtieron en parte de mis torturadores.

Ahora, selecciono muchísimo y escucho pero le pido que me lo diga en plan resumido. Qué a éstas alturas no necesito saber todos sus antecedentes personales ni sociales, ni que me cuente su puta infancia, ni si se lleva bien con los de su casa ni siquiera si tiene buenos vecinos, ni que está muy bien o mal valorado en su trabajo, ni si duerme de lado o panza arriba, o si le encanta sacar al perro mientras va saludando a los vecinos, ni necesito saber si tiene hijos o nietos y que se siente encantado en su plan de abuelo. Ahora, díme el hecho que me quieres contar, ve directamente al grano y en tres o cuatro palabras, pues es el tiempo que te puedo conceder y porque restando, sumando, multiplicando y dividiendo, es todo el tiempo que te puedo conceder. Yo no he puesto ni impuesto los límites de tiempo que te da la vida. En definitiva, tienes minuto y medio para decirlo todo.


















No hay comentarios:

Publicar un comentario

YO HE SIDO MUCHAS COSAS Y A LA VEZ Y AL MISMO TIEMPO

Aquí estamos de nuevo, buscando cosas, rebuscando en otras, removiendo pasados y no dando un punto a ningún remordimiento. Le hecho hecho es...