Y resulta que hay personas o eso dicen ser, que siguen cantando como si nada hubiera pasado. Pero algo ha pasado y mucho más de lo que dicen y porque estar en medio de un genocidio no tiene parangón y ni es comparable con nada de lo que hemos conocido. Y resulta que en éste país de pandereta la representante cantante de España en Eurovisión, dice que ella no se pronuncia sobre un genocidio israelita y porque ella, eso dice, no es política y que para eso están los políticos y para que hablen de política y la tía sin más, es capaz de apartar su mirada de semejante genocidio. Yo voy a cantar y no veo lo demás y soy una diva y tal y como dice la letra de su penosa canción de bravata de taberna de cualquier puerto y yo digo que como mínimo es bochornosa y claro, lo que nosotros no logramos entender es que una diva no se deba pronunciar ante nada o eso dice ella con toda su cara llena de botox y maquillaje. Yo esto, ya lo sabía y porque estoy de las divas hasta mis santos cojones y de Eurovisión ¿qué os podría decir?... por ejemplo que siempre fue un nido de víboras y de fachas con las banderas al viento.
¿Y cuantos años he padecido semejante tortura? y yo creo y apuesto, que desde mi mismo nacimiento. Por tanto, no sé si han pasado exactamente 69 años, pero si no es así, estoy seguro que esa cifra se acerca demasiado a la puta realidad. Yo me acuerdo de ver semejante festival en mi vieja familia con mi padre, madre y a uno de mis hermanos y tener que soportar semejante payasada histriónica y sobrepasada que me producía más asco que gloria, pero menos mal que nunca he tenido que dar mi opinión sobre este tema y porque no tendría las palabras adecuadas dentro de todo mi vocabulario y para poder expresar todo lo que yo siento. Y claro y de repente, le quieren dar la vuelta a semejante festival de impresentables y hacerlo guay, agradable y simpático y como si fuera una manifestación cultural de alta altura.
Pues yo disiente y disiento desde hace demasiado tiempo y este festival es hortera hasta su misma bandera. pero como estamos en el mundo de yupi y de sus amigotes, todo se relativiza y se hace blando lo que era una verdadera agresión hacia nuestros oídos y para vendernos la misma moto pero sin motor. Yo siempre y desde siempre he dicho lo mismo: este festival es para que disfruten unos horteras que se disfrazan con trajes de luces y castañuelas y con una cara que sería para estudiar por unos antropólogos y para diferenciar lo más antiguo y lo más rancio, de cualquier manifestación cultural que se precie.
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