Como era aquello...
sí, aquello de la espuma de las noches y la espuma de los días
la espuma que brotaba a la orilla de la medianoche
y porque una ola de entusiasmo subía por su espalda
y la doblegaba y la maltrataba
y hasta romperla en mil pedazos
de espuma, agua y arena.
Yo a veces sueño con olas
y oigo su estruendo de boca oscura y profunda
de voz ronca y fuerte
que vomita sombras y espuma blanca
y hasta hay veces en que me despierto alterado y asustado
y porque su bramido me asusta
y me encoge el alma de tal manera
que la busco y no la encuentro.

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