Como era aquello...


Como era aquello...

sí, aquello de la espuma de las noches y la espuma de los días

la espuma que brotaba a la orilla de la medianoche

y porque una ola de entusiasmo subía por su espalda

 y la doblegaba y la maltrataba

y hasta romperla en mil pedazos

de espuma, agua y arena. 

Yo a veces sueño con olas

y oigo su estruendo de boca oscura y profunda

de voz ronca y fuerte

que vomita sombras y espuma blanca

y hasta hay veces en que me despierto alterado y asustado

y porque su bramido me asusta

y me encoge el alma de tal manera

que la busco y no la encuentro.














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JULIO CORTÁZAR