Ayer, que fue mi primer día de mi jubilación, no fue precisamente un día para echar cohetes y porque yo solito me puse en plan borde y acabé metiendo la pata y hasta el cuello. Yo me considero un tío tranquilo, pero al parecer no lo soy y es que hay en que pierdo la paciencia de una manera demasiado facilona y entro dentro de ese bucle entre faltón y agresivo y del que no consigo salir, por lo menos no consigo salir en ese día y esa debe de las pocas donde tengo que reconocer, que es mejor callarse la boca y aplazar el tema hasta el día siguiente. No me gustan los aplazamientos y el no tomar decisiones, pero hay días como el de ayer, en que ese aplazamiento se hace imprescindible y porque si abres la boca, será para decir una barbaridad mayor. Y no quiero ser agresivo y un mal bicho lleno de odio y de rabia. Yo supongo y esto que voy a decir, no deja de ser una suposición, que mi agresividad viene desde otros tiempos y como decía aquella psicóloga que yo no soportaba, tu agresividad me decía, viene heredada desde tu infancia y algo de ella has guardado en un rincón de tu alma y mente. Y por eso y de repente sale como un disparo de balas explosivas y cuando salen tu boca, van directamente a la cabeza de la otra persona y una vez dentro de ella, adquieren una explosividad que para que contaros. Es un arma muy destructiva la mía y como esto lo sé, intento disparar lo menos posible.
Y que conste y que se quede reflejado en el acta, que yo no voy disparando a nadie, pero cuando se me cruzan los cables me convierto en un asesino nato. Y volviendo a mi niñez, allí aprendí a guardar mis armas y solo las sacaba cuando me sentía oprimido y avasallado y entonces y solo entonces (esto era en mi niñez) me defendía con uñas, dientes, pellizcos y patadas y me importaba un carajo que fueran 10 los que me estaban dando por culo o moliéndome a palos. Pero ahora, no es el caso y porque nadie me estaba agrediendo, pero puede que así lo sintiera (equivocadamente) y entonces mi instinto más básico me hizo saltar como un tigre o una pantera. Me falta educación emocional suficiente para saber controlarme si me siento agredido y repito, que en este caso, no hubo ninguna agresión por el medio.
Y no dejo de darle vueltas a la cosa y aunque haya pedido las debidas y sinceras disculpas, no dejo de tener esa mala sensación en la boca de mi estómago. No tengo esa medida cogida, ni sé darme esa pausa tan necesaria y que hace que de alguna manera, el mundo funcione mejor. No soy perfecto y hasta me atrevería a decir que soy más imperfecto que perfecto. pero yo no estoy buscando a mi perfección sino a esa persona que dice ser humana y eso querido muchacho, hay que demostrarlo cada día que pasa. Y os lo juro que lo intento y por eso después del día de ayer, hoy estoy al pie del cañón y machacando sin ningún pudor las cuatro neuronas que me quedan. Hoy, como diría el otro, es un día de rasgarse las vestiduras y de desnudarse frente al espejo. No hizo falta que viniera nadie, para joderme el día y porque me lo jodí yo solito.

No hay comentarios:
Publicar un comentario