LA SECTA DEL SILENCIO


Hoy me siento aburrido y un poco flojo o hasta puede que me encuentre muy flojo. Hoy paso de muchas cosa, aunque de las guerras asesinas no paso, ni tampoco del que se cree superior a los demás y que nos mata ideológicamente con sus discursos de raza superior. Yo no me considera una cucaracha a la que hay que pisar y porque mi existencia es mucho más que eso. Yo me siento protagonista de mi propia película y mi película puede ser muy buena, para unos y para otros puede ser una mierda pinchada a un palo, pero coño y coño, es mi película y yo soy el que escribe el guión, soy el que pone la cara ante los demás y también soy el que se deja la piel en cualquier escena. Soy de todo un poco y además todo, es muy variado y hago de actor secundario y hasta me arriesgo en la tomas de acción. Aunque aclaro, eso lo hacía antes y porque ahora, ya no estoy para grandes riesgos y porque el paso de los años, me ha hecho ser más apacible, menos agresivo, pero a la vez, también me ha hecho ser más selectivo. Por tanto, vivo más en paz que antes y porque entre otras cosas me anticipo antes de que pasen las cosas y los malos rollos. Es toda una historia de prevención y actúo antes que los demás actúen y si me tengo que ir de ese sitio cojo la puerta y me voy por donde vine y si eso le cabrea a la otra persona, pues tendrá dos problemas, uno será cabrearse y el otro será, descabrearse y porque yo puedo asegurar que ahora paso de sus cabreos y además, para lo que me queda en el convento, yo me cago dentro. He perdido la vergüenza que antes tenía o el que mal voy a quedar y porque ya no muerden los remordimiento o si me muerden, es que yo no me entero.

A lo mejor, también me estoy volviendo más insensible y porque con el paso de los años, la piel la tengo más fina pero mis receptores sensitivos se les están acabando las pilas y por tanto se me descama la piel más fácilmente y al tiempo, siento menos que antes. Aunque eso habría que verlo y para ello tendría que acariciarme alguien a la que yo quiero o darme un sabroso beso y para saber si me sigo derritiendo. Yo creo, que me seguiría derritiendo y como ahora me pasa muchas menos veces que antes, lo bueno y poco se agradece mucho más que antes. Pero no preocuparos por mí, no me voy a poner a llorar todo desconsolado, ni os voy contar una historia que hable de lo mal que lo he pasado, ni siquiera os voy a pedir que alguien me quiera y porque ya me han querido y mucho a lo largo de mi vida. Yo ahora no recojo migajas de sentimientos y dar pena a alguien, es lo último que se me ocurriría. No soy un tipo feliz, pero casi y ando más cerca de tocar el cielo que de arrastrarme por el fango y para pedir consuelo o un hombro sobre el que apoyarme.

Yo sé que me queda poco o mejor dicho, que me queda menos y por eso debo y puedo celebrar cada día que pasa. Tampoco es que vaya dando saltitos por las calles de mi pueblo y porque mis celebraciones son demasiado intimistas y busco sobre todo, la soledad y el silencio. El silencio me apasiona y evitaría tantos ruidos en ésta vida y tantas conversaciones baldías que no sirvieron para nada, que por mi me haría de la secta del silencio. Ni ruidos, ni palabras, solo viviendo en el silencio en una isla desierta libre de guiris.













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JULIO CORTÁZAR