Nunca fui lo que dije que era,
yo de aquellas, me comía la vida
y si me sobraba algo la escupía contra viento y marea
además
siempre me ponía al frente
y dando la cara y como si fuera un mascarón de proa,
yo rompía el mar en dos mitades
y dejaba mucha espuma tras mi paso.
En mis días preferidos
yo me vestía de valiente
y no dudaba de cual era el paso siguiente...
Hasta que con el paso del tiempo
mi esqueleto dejó de ser tan fuerte
y mis ideas ya no se reían con el viento
y la debilidad entró en mi vida
y se coló por una herida o por una fisura
y aquella sangre valiente,
fue adquiriendo un tono gris plomizo
y lo que hasta ahora era una certeza clara y meridiana
poco a poco sufrió el mal de las dudas
y en esa clase de mares
yo no sé si va a llover a chaparrones
o si se avecina un temporal que viene del noroeste
y que con sus olas gigantes
le de un vuelco a mi vida.

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