Yo me acuerdo y eso que tengo una fatal memoria, que cuando me llamaban estando de guardia de avión (que estaba localizado en mi casa y para pagarnos menos), pues...que cuando te llamaban para realizar un servicio, salías cagando hostias de tu santa casa y ya ibas con la escopeta cargada y entonces el conductor que iba circulando tranquilamente por las calles de su pueblo, les metías unas pitadas que te cagas y cuando él no tenía ni puta idea del motivo de tu urgencia y porque tú ibas en tu coche normal, sin luces, sin sirena y sin nada que indicara esa urgencia. Pero el resultado era que tú te ecabronabas como un perro rabioso y porque ante esa urgencia, perdías todas las perspectivas y en gran sofocón te lo acababas tragando tú. Y el otro día vi pasar a un paisano de éste pueblo y al cual además aprecio y ante ese tipo de urgencia había abrasado a bocinazos y sin contemplaciones y porque en realidad el sentimiento que tuve hacia él, fue el de vergüenza y por lo tanto me dije pasado el tiempo, por cojones tendré que disculparme algún día ante él. Si yo siempre pensé que por lo menos, te pusieran un foco de esos transitorios que en las películas solo se pone la pasma en el techo del coche...pero no, y porqwue ese tema era demasiado complicado y resultaba más fácil, pagarte menos por guardia, cabrearte con los vecinos y ellos contigo y porque no sabían lo que te estaba pasando y vete tú a saber la cantidad de gente que me cogió manía por conducir tan locamente un día y al día siguiente, ser el rey de la tranquilidad.
Y a todo esto, faltaba el compañero médico que te señalaba porque habías llegado tan tarde y cundo el realidad sólo habían pasado 20 minutos (teníamos 30 minutos para estar presentes en el hospital), pero ante lo verdaderamente urgente hasta se acojona el médico que iba de más valiente y 5 minutos les parecía media hora. Había algunos (pocos, pero los había) que ante semejante urgencia se quedaban como paralizados y sólo llamaban y llamaban para que tú les resolvieras el problema. Y yo no sé como aguanté semejante estado de cosas y porque su único pensamiento obsesivo era que tú te llevarás a ese paciente medio moribundo cuanto antes. Yo no me sioenmto supermédico de nada, ahora bien si tenía que asumir que delante de mí había un paciente catastrófico, pues lo asumía y siempre actué y aunque hubo veces, que no siempre acerté en el diagnóstico y tratamiento, pero puedo jurar y eso hago, que nunca me inhibí ante las situaciones más graves. Bueno sí, una vez y porque había otro médico que siempre le agradeceré lo que hizo por mí y porque yo me encontraba en mis peores condiciones físicas y mentales, De hecho estaba tan mal que una vez acabado ese servicio me dí de baja automáticamente. A veces queremos hacer cosas pero realmente no podemos y más en éste oficio y donde la vida de un paciente sólo (menos en éste caso) depende de tí.
Al final y ahora que ha pasado el tiempo suficiente como para tener una perspectiva que me de una idea más clara de todos mis hechos, debía declarar formalmente, que pude hacer mucho mejor las cosas de como las hice, pero también es verdad que no tuve compañeros médicos ni sanitarios en general, que fueran a por todas y con sus derechos más elementales por delante y aparte de que muchos de ellos no harían una huelga ni en estado de coma, los servicios mínimos de la emergencias nunca existieron. Por tanto la emergencia nunca dejó de ser emergencia y lógicamente eso era sagrado, pero por un lado o por el otro, los jerifaltes de turno siempre se aprovecharon de ello. Yo en mi vida de médico de emergencias solo recuerdo una puta huelga y que rápidamente fue cubierta por unos cuantos esquiroles y que al explicarles las cosas como realmente eran y que si hacía falta pasaríamos a palabras peores, enseguida entendieron nuestros argumentos. Y por cierto, en esa única huelga acabamos como vencedores.

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