Yo no busco secretos donde no los hay
yo le doy una patada a una piedra (y no sé porqué lo hago)
y no obro un milagro
y porque apenas hay nada debajo de una piedra
pero digo yo...que algo de vida habrá
una lagartija escondida de tanta existencia agresiva
una fila de hormigas
o hasta una sombra que acaba de caerte del bolsillo.
Debajo de hasta lo más aparente
hay un reflejo que nunca antes viste
o una ilusión de un mundo mejor
o mismo hay una fisura
en esa falsa fachada pintada
para llamar la atención
y así poder decir, soy alguien
y no me pises con tus botas
o con tus zapatillas de correr
por las sendas más lejanas y más extrañas
y siento decirlo de una forma tan cruel
los que se dediquen a correr noche y día
son una invasión que devastan la tranquilidad del más bello paisaje,
que cambian y destruyen lo que la naturaleza ha puesto en su sitio
y además, rompen ese maravilloso equilibrio que hay
entre el sonido del viento y el rugido de las olas
y el silencio que se asoma en pequeñas oleadas
y que a algunos de nosotros, nos llenan de placer.
Los humanos tenemos ideas maravillosas
y lo son, mientras son pequeñas y están escondidas
pero en cuanto se masifican
destruyen el Everest, el Kilimanjaro,
todos los ochomiles,
las pequeñas y preciosas calas y playas
las puestas de sol donde no cabe ni un alfiler
los campos de amapolas que se mecen como las olas,
los bosques donde el otoño era lo más maravilloso
que yo había visto en mi vida
y en cambio ahora
son fotos de inmensas cestas llenas de setas
y porque la base de todo este tema
es la ostentación
de que he cogido más setas que tú
y más raras y más ricas
y hasta podréis comprobar que en ésta zona
no ha quedado ninguna.
En el fondo
nos encanta ser pequeños dioses
que tenemos el poder
de que desaparezca todo lo más bello que hemos tenido.

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