Yo, mientras hablábamos
a través del viejo hilo de la distancia
sentía el vacío de mis propias palabras
y ya no hablemos de las tuyas
y aunque el tono de tu voz fuera el mismo
faltaba y no sé como decirlo...
faltaba esa sustancia que antes nos unía
de esa manera tan íntima y tan especial
faltaba esa cadencia suave y tierna y de aguas cristalinas
faltaba esa confianza mutua del uno en el otro
pesaban esos 20 años de ausencia incomprendida
y como salir del lodazal donde nos habíamos metido
y todo eso nos llenó de pena y de miedos internos
y el viento del norte sopló sobre nuestras cabezas
y de repente y al terminar la llamada
un inmenso vacío se apoderó de mis peores presagios
y pude ver el agujero negro que antes no existía
y en ese mismo momento
sentí el tacto de su mano fría
y noté el denso silencio de la angustia de querer y no poder
y porque ya nada va a ser igual a lo que fue.

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