El Conde Fontao, el consejero real, que al parecer le temblaban las
piernas en su declaración, en el juzgado de Palma por el caso de
Urdangarín y su banda de mamarrachos. Y El Conde tembló, porque
simplemente decía la verdad. Ya sabeis que decir la verdad hace temblar,
la mentira es la que se dice de carretilla, con aplomo, con seguridad,
sin titubear, esto que digo está más que demostrado y lo corroboro
basándome en un estudio científico realizado sobre los monos. En él se
demostraba que si un mono dice la verdad, se pone a echarse pajas y sólo
como lo hace un mono o sea matándose a pajas. En cambio cuando un mono
miente se queda pasmado, no se mueve, y queda tal estatua de sal o sea
ingrávido en medio de su jaula. Por tanto queda demostrado por riguroso
estudio científico, que lo que dice el Conde es simplemente la verdad
verdadera.
Así que ya tenemos al consejero real, al Urdi
y su mujer Cristina y resulta que salvo el Urdi, los demás se van de
rositas. Y el Rey, tampoco sabía nada. Y el Marichalar donde está el
Marichalar, supongo que estará refugiado en uno de sus castillos
encantados o recogiendo margaritas en un bosque cercano, o hiéndose de
farra con el Paquirrín y su banda de puteros. Y el chófer del consejero
de Empleo de la Junta de Andalucía, que declara que todos los meses se
iba a comprar farlopa por 25.000 euros para él y su jefe y que después
se iban de copas, para acabar hiendo de putas. Y el Consejero,
defendiéndose como gato panza arriba, nos dice, que él, de precios de la
farlopa y de putas no sabe nada de nada, el sólo sabe lo que vale un
gin tonic y un paquete de malboro. Menudo argumento de peso y es más, si
él sabe lo que valen éstas dos cosas, cuidado, pues si sabe esto,
seguro que lo demás no lo sabía, pues iría ciego a partir del décimo gin
tonic, pues para eso llevaba a su lacallo, al puto chófer , que era el
que pagaba con la pasta del heraldo público. No sé que tiene que ver,
que no sepa el precio de éstas dos cosas, con ser consumidor, dragadicto
y putero y más si es a base de nuestro bolsillo.
Y ahora
los consejeros de los bancos y cajas dando la puntillita, con sus
sueldos y comisiones millonarios. Y donde está Rato, donde está desde lo
de Bankia. Él, el prepotente de mierda, el sabelotodo, el listillo del
FMI, donde está él y donde dejó su orgullo y su mirada, siempre
desafiante. Que bonito pais, que pais de chorizos. Y el resto de los
consejeros que supieron aconsejar tan bien, se fueron o aún están
riéndose de nuestras caras. No lo sé, pues si lo supiera, os juro que
cometería un atentado y me llevaría por delante a toda ésta carroña. Por
cierto las Cajas en teoría, las controlaban consejos donde estaba el
grupo del gobierno de turno, el grupo de la principal oposición y a
veces algún grupo más y los Sindicatos. Menudo control llevaron éstos
pájaros, no se enteraron o no se quisieron enterar y como yo no creo en
lobos buenos, no me creo el cuento de que ellos no sabían nada. Todos
absolutamente todos comieron de la misma mano, la mano que se dedicó a
robar a espuertas. O sea, que algunos no vengan de limpios y aseados,
aquí mangaron todos a destajo.
Ahora presionan a los
políticos Peperos y los acosan y persiguen por donde vayan. Entonces nos
hablan de que en democracia no tienen cabida y yo me pregunto ¿Que es
lo legal en éstos casos?. Partiendo que a mi me da igual, lo legal o
ilegal de la medida, pues éste trauma ya lo superé de pequeñito, lo que
realmente que a mi me importa si ésta medida será efectiva o sea si a
base de acosar les van hacer cambiar de opinión. Si esto lo hace, pues
bienvenido sea, pero lo dudo y mucho. Es como arrinconar a una rata, ten
cuidado que te puede saltar a la cara. Me encanta escuchar al de turno
de Izquierda Unida, no sabiendo como justificar éstas medidas, pues como
demócratas les escuece ésta postura y claro, habla de efecto-causa,
pero al mismo tiempo no saben como justificarlo. El tío se vuelve loco
intentando decir que si, que no está bien perseguir a los políticos
hasta su casa, pero peor están los desahucios. La pescadilla que se
muerde la cola, con lo simple que es decir, que sí, que yo les persigo
hasta su casa y es más se la quemo, porque estoy hasta las pelotas de
tanto chorizo de mierda y estoy tan harto, tan harto, que yo no tengo
que justificar nada.
Aún encima de burros apaleados. Nos
joden y nos revientan y aún encima, si nos revelamos, tenemos que
justificarnos. Pues yo no me justifico, ni ahora ni nunca. Si Izquierda
Unida considera que tiene que hacerlo es su problema, es más es el
problema que tienen todos los participantes en éste juego político o sea
todos los partidos políticos representativos, pues tienen que dar
imagen de que ellos están en el medio, porque creen en el sistema. Yo
como no creo, no tengo ese problema. Yo creo en mí y en unos cuantos
más, al resto como no los conozco, ni he comido en su casa, ni soy el
padrino de ninguno de sus hijos, ni ninguno de ellos me ha prestado su
coche, no tengo por tanto, ningún compromiso que me ate a ellos, es más
por mi que les vayan dando.
La verdad que ahora, no tengo
ninguna necesidad de sentirme acompañado en mis pensamientos, no
necesito crear un grupo, ni un partido, ni siquiera una asociación de
víctimas de algo. Ahora me llego yo sólo y cuando necesito hablar con
alguien, para ello tengo a mi perro.
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