Quizá y sólo quizá,
piense en que todo tiene solución,
o es que prefiero creerlo,
y quizá y digo quizá,
y que quede claro, que quizá...
Quizá salga el sol por Antequera,
o que el sol se ponga por las Islas Cies,
pero aquí, donde yo peno y cumplo condena,
el sol no quiso hoy, mostrarse,
ni siquiera quiso regalarnos una caricia.
Quizá estemos condenados,
condenados a cadena perpetua
o a la pena de muerte,
o a ver peliculas de Antonio Banderas,
no sé cual de ellas, es la peor pena,
sólo sé que a veces lloro desconsolado,
y yo me veo encadenado a ésta roca,
y eternamente, hasta el fin de mis días.
Me gustaría tener el poder de separar los mares,
y caminar por sus fondos marinos,
hasta llegar a un sitio desconocido,
a un sitio bello y deslumbrante,
un sitio plagado de rios y montañas,
donde la nieve sea perenne,
donde los árboles toquen el cielo,
donde el arco iris sean mis ojos,
donde el mar inunde los valles
y arrase, sin compasión, presas y pantanos.
Quizá algún día llegue ese día,
quizá esté a la vuelta de la esquina,
o quizá dentro de un mes, en plena primavera,
extienda su manto de estrellas,
sobre el mar mediterráneo,
y entonces ese día yo me vestiré de pirata,
y me despediré de todos y para siempre,
me subire al barco y sin mirar hacia atrás,
pondré rumbo a lo desconocido,
yo, mi barco y mi bandera,
y espero que el viento nos acompañe,
es más, espero que nos haga surcar los mares,
y que me ayude por fin, a culminar mi deseo:
sumergirme en las profundidades de los volcanes.
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